viernes, 18 de febrero de 2011

La época dorada del análisis técnico

Hubo una vez un tiempo, cuando Charles Dow corría en pantalones cortos por las ajetreadas aceras de Wall Street o el astuto Jesse Livermore escamoteaba sus primeros dólares a la bucket shops, donde jornadas como la de hoy garantizaban un beneficio seguro a los operadores más aventurados.

El análisis técnico nació cuando alguien trazó una raya sobre un gráfico y apostó dinero a que cuando el precio la cruzase sería el comienzo de una nueva tendencia. Esto pudo ocurrir hace cien años o en la época de los sumerios. Que más da. Ha sido una forma consistente de extraer dinero del mercado durante décadas.

Hoy estamos todos muchos más maleados. Roturas de líneas de tendencia como la de hoy fallan continuamente como nos lo recuerdan muchos autores, Al Brooks nos lo cuenta con estilo y en ocasiones con oscuridad en su libro “Reading Price Charts Bar by Bar”. Estas falsas roturas hacen que los operadores quieran ir un paso por delante como en el famoso concurso descrito por Keynes, donde se juega a adivinar quien será la ganadora de un próximo concurso de belleza. Los jugadores más ingenuos elegirán a la más bella y los más calculadores irán por delante al apostar por el que ellos creen será el patrón de belleza usado por el jurado.

En nuestro caso el operador ingenuo optará por la simple rotura de la tendencia, un segundo nivel decidirá que la rotura fallará y se pondrá corto, un tercer nivel esperará a que los anteriores agoten sus fuerzas para entrar largos con la confianza de que ese es el movimiento final. Tal vez entren todavía en el juego un cuarto y hasta un quinto nivel.

Me pregunto si no serían mejores los tiempos de la edad de oro.

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