sábado, 5 de marzo de 2011

Tan difícil como trazar una línea recta

El análisis técnico tiene el honor de aguantar ataques desde casi todos los frentes, desde los que emparejan su rigor científico con el de los echadores de cartas a aquel guasón que afirmó no conocer un analista rico. Pero hay también otros argumentos poco utilizados pero de mayor calado.

Antes de que los analistas comenzaran a aplicar las matemáticas, primero con medias móviles y después con indicadores de creciente complejidad, las líneas de tendencia eran la materia prima con la que se construían todos los análisis. Todavía hoy lo son, todas las formaciones clásicas son un conjunto de velas delimitadas por una o más líneas a la espera de ser superadas por el precio.

Lo curioso es que el trazado de las líneas no está sujeto a reglas fijas. La forma convencional de dibujarlas es elegir un máximo o mínimo a la izquierda del gráfico y avanzar hasta otro similar hacia la derecha. Parece que el asunto no es importante pero dependiendo de la metodología las consecuencias pueden ser dramáticas.

En el gráfico semanal del EUR/USD hemos trazado una línea ordinaria y otra según la metodología de Tom Demark (New Market Timing Techniques, Innovative Studies in Market Rhythm & Price Exhaustion). El “TD Line” se construye de una manera más lógica puesto que comienza el trazado desde la derecha del gráfico, eligiendo los dos mínimos o máximos más recientes. Este sistema emplea información más fresca que el anterior, y rebatir esta lógica requiere emplearse muy a fondo para conseguirlo.

Las consecuencias del empleo de una técnica u otra son formidables. Viendo el gráfico sobran las palabras.

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